Jess imparti muchas enseanzas durante su ministerio. Sin embargo, en los Evangelios figura transcrita tan slo una parte de cuanto dijo. Mark y Elizabeth Prophet demuestran que el Nuevo Testamento contiene indicios inequvocos de que faltan la mayora de enseanzas del Maestro. De un gran nmero de ellas jams se dej constancia escrita. Y algunas que s nos constan fueron alteradas a manos de numerosos correctores o perdidas por los "guardianes de la fe", quienes las erradicaron por completo. Las Enseanzas perdidas de Jess es una audaz reconstruccin de lo fundamental del mensaje de Jess, vigente ayer y hoy: tanto sus enseanzas dadas en pblico a las multitudes, como las privadas que imparti en secreto a sus discpulos ms ntimos. A la vez profunda, asombrosa y dotada de un enorme magnetismo, esta obra arroja luz sobre el Nuevo Testamento -y de paso sobre el Antiguo- en su postrera andadura hacia el Evangelio eterno. Una gua incomparable para quienes osen afrontar los desafos de nuestro tiempo con la antigua sabidura de Dios, y el futuro, con la Palabra perdida.
Jess imparti muchas enseanzas durante su ministerio. Sin embargo, en los Evangelios figura transcrita tan slo una parte de cuanto dijo. Mark y Elizabeth Prophet demuestran que el Nuevo Testamento contiene indicios inequvocos de que faltan la mayora de enseanzas del Maestro. De un gran nmero de ellas jams se dej constancia escrita. Y algunas que s nos constan fueron alteradas a manos de numerosos correctores o perdidas por los "guardianes de la fe", quienes las erradicaron por completo. Las Enseanzas perdidas de Jess es una audaz reconstruccin de lo fundamental del mensaje de Jess, vigente ayer y hoy: tanto sus enseanzas dadas en pblico a las multitudes, como las privadas que imparti en secreto a sus discpulos ms ntimos. A la vez profunda, asombrosa y dotada de un enorme magnetismo, esta obra arroja luz sobre el Nuevo Testamento -y de paso sobre el Antiguo- en su postrera andadura hacia el Evangelio eterno. Una gua incomparable para quienes osen afrontar los desafos de nuestro tiempo con la antigua sabidura de Dios, y el futuro, con la Palabra perdida.
