Este libro es, adems de un tratado de historia, una apologa del esplendor del Nuevo Mundo y de las peripecias de la conquista de Amrica. Es el mundo tan grande y hermoso, y tiene tanta diversidad de cosas tan diferentes unas de otras, que pone admiracin a quien bien lo piensa y contempla. Pocos hombres hay, si ya no viven como brutos animales, que no se pongan alguna vez a considerar sus maravillas, porque natural es a cada uno el deseo de saber. Aunque Francisco Lpez de Gomara nunca fue a Amrica, la historia de la conquista le fue contada por el propio Corts y otros expedicionarios. Con estos testimonios escribi la Historia General de las Indias y conquista de Mxico (1552), muy difundida en su poca. El texto es una autntica sucesin pormenorizada de aquellos acontecimientos, una crnica ordenada y bien insertada en la historia, escrita con estilo elegante, y llena de citas de los clsicos; una exaltacin pica de Corts, al estilo de Plutarco. Respecto a los indgenas, su punto de vista fue el oficial, opuesto al de fray Bartolom de las Casas.
Este libro es, adems de un tratado de historia, una apologa del esplendor del Nuevo Mundo y de las peripecias de la conquista de Amrica. Es el mundo tan grande y hermoso, y tiene tanta diversidad de cosas tan diferentes unas de otras, que pone admiracin a quien bien lo piensa y contempla. Pocos hombres hay, si ya no viven como brutos animales, que no se pongan alguna vez a considerar sus maravillas, porque natural es a cada uno el deseo de saber. Aunque Francisco Lpez de Gomara nunca fue a Amrica, la historia de la conquista le fue contada por el propio Corts y otros expedicionarios. Con estos testimonios escribi la Historia General de las Indias y conquista de Mxico (1552), muy difundida en su poca. El texto es una autntica sucesin pormenorizada de aquellos acontecimientos, una crnica ordenada y bien insertada en la historia, escrita con estilo elegante, y llena de citas de los clsicos; una exaltacin pica de Corts, al estilo de Plutarco. Respecto a los indgenas, su punto de vista fue el oficial, opuesto al de fray Bartolom de las Casas.