Xavier Oquendo -un poeta cuya dimensin crece a ojos vista y est, en mi opinin, llamado a ser uno de los grandes de la poesa en espaol de nuestro siglo- sabe muy bien que la poesa es lo nico que puede calmar la sed. Lo nico que puede hacer caber la vida entera dentro de un cntaro. CONTRAPORTADA: Raquel LanserosLejos del vano artificio y de tentaciones formales al uso, la poesa de Xavier Oquendo Troncoso -una voz fundamental en la poesa latinoamericana contempornea- se nos propone ahora introspectiva y coloquial, y en tanto tal, capaz de suscitar reflexin y emocin: poesa puente y oriflama. Entre el silencio que la preceda y el que le seguir cuando cerremos este libro, la sbana blanca del lenguaje habr brillado con nuevos reverberos al sol ecuatorial. Gabriel Chvez CasazolaHe aqu un libro de un poeta que no ha olvidado al nio encantado. He aqu un libro melanclicamente hermoso.Marco Antonio Campos
Xavier Oquendo -un poeta cuya dimensin crece a ojos vista y est, en mi opinin, llamado a ser uno de los grandes de la poesa en espaol de nuestro siglo- sabe muy bien que la poesa es lo nico que puede calmar la sed. Lo nico que puede hacer caber la vida entera dentro de un cntaro. CONTRAPORTADA: Raquel LanserosLejos del vano artificio y de tentaciones formales al uso, la poesa de Xavier Oquendo Troncoso -una voz fundamental en la poesa latinoamericana contempornea- se nos propone ahora introspectiva y coloquial, y en tanto tal, capaz de suscitar reflexin y emocin: poesa puente y oriflama. Entre el silencio que la preceda y el que le seguir cuando cerremos este libro, la sbana blanca del lenguaje habr brillado con nuevos reverberos al sol ecuatorial. Gabriel Chvez CasazolaHe aqu un libro de un poeta que no ha olvidado al nio encantado. He aqu un libro melanclicamente hermoso.Marco Antonio Campos