Este libro expone el saber en su devenir, en el devenir del saber. La Fenomenologa del espritu considera los preliminares para la ciencia desde un punto de vista tal, que se convierte ella misma en una primera ciencia filosfica, nueva e interesante. La Fenomenologa comprende y concibe las diversas figuras del espritu como otras tantas estaciones en el camino por el que el espritu se convierte en saber puro o en espritu absoluto. Por tanto, en las diversas secciones de esta ciencia, que a su vez se dividen en varias subsecciones, se tratan la conciencia, la autoconciencia, la razn observadora y la razn prctica, el espritu mismo en cuanto tico, en cuanto ilustrado y en cuanto moral, y, finalmente, en cuanto religioso, en las distintas formas de este espritu religioso. La riqueza de las manifestaciones del espritu, que a una mirada inicial se le antojan un caos, son puestas en un orden cientfico que las va presentando conforme a su propia necesidad, un orden en el que las figuras imperfectas se disuelven y pasan a convertirse en otras superiores que constituyen la verdad de las primeras. Su verdad ltima la encuentran esas figuras primero en la religin, y despus en la ciencia, como resultado del Todo. En el Prefacio el autor se explica acerca de lo que, a su juicio, la filosofa necesita en su situacin actual; y se manifiesta tambin acerca de la arrogancia y de los excesos de ciertas frmulas filosficas que en tan mal lugar dejan a la filosofa y acerca de aquello de lo que debe tratarse tanto en la filosofa como en el estudio de la filosofa.
Este libro expone el saber en su devenir, en el devenir del saber. La Fenomenologa del espritu considera los preliminares para la ciencia desde un punto de vista tal, que se convierte ella misma en una primera ciencia filosfica, nueva e interesante. La Fenomenologa comprende y concibe las diversas figuras del espritu como otras tantas estaciones en el camino por el que el espritu se convierte en saber puro o en espritu absoluto. Por tanto, en las diversas secciones de esta ciencia, que a su vez se dividen en varias subsecciones, se tratan la conciencia, la autoconciencia, la razn observadora y la razn prctica, el espritu mismo en cuanto tico, en cuanto ilustrado y en cuanto moral, y, finalmente, en cuanto religioso, en las distintas formas de este espritu religioso. La riqueza de las manifestaciones del espritu, que a una mirada inicial se le antojan un caos, son puestas en un orden cientfico que las va presentando conforme a su propia necesidad, un orden en el que las figuras imperfectas se disuelven y pasan a convertirse en otras superiores que constituyen la verdad de las primeras. Su verdad ltima la encuentran esas figuras primero en la religin, y despus en la ciencia, como resultado del Todo. En el Prefacio el autor se explica acerca de lo que, a su juicio, la filosofa necesita en su situacin actual; y se manifiesta tambin acerca de la arrogancia y de los excesos de ciertas frmulas filosficas que en tan mal lugar dejan a la filosofa y acerca de aquello de lo que debe tratarse tanto en la filosofa como en el estudio de la filosofa.