Como cristianos, somos llamados para pelear la buena batalla de la fe, y nuestra lucha no es contra carne ni sangre, sino contra poderes malignos en las regiones celestes. El reino del mal, gobernado por Satans y sus demonios, es tan real como el reino de Cristo instaurado en la cruz del Calvario, ya que debido al dominio del mal sobre la humanidad ocurri el trascendental hecho del Glgota. Es imposible ser cristiano, si no luchamos contra el mal en todas sus manifestaciones, y esto es imposible sin conocer bien a nuestros enemigos, y su forma de maniobrar. As que al estudiar al diablo, y sus demonios, conoceremos sus artimaas y sus diferentes formas de trabajo, y no seremos fcilmente engaados por el que puede manifestarse como ngel de luz para engaar a muchos.
Como cristianos, somos llamados para pelear la buena batalla de la fe, y nuestra lucha no es contra carne ni sangre, sino contra poderes malignos en las regiones celestes. El reino del mal, gobernado por Satans y sus demonios, es tan real como el reino de Cristo instaurado en la cruz del Calvario, ya que debido al dominio del mal sobre la humanidad ocurri el trascendental hecho del Glgota. Es imposible ser cristiano, si no luchamos contra el mal en todas sus manifestaciones, y esto es imposible sin conocer bien a nuestros enemigos, y su forma de maniobrar. As que al estudiar al diablo, y sus demonios, conoceremos sus artimaas y sus diferentes formas de trabajo, y no seremos fcilmente engaados por el que puede manifestarse como ngel de luz para engaar a muchos.