La Biblia no evita el tema del bautismo. Muchas declara- ciones obvias y claras aparecen tanto en sus secciones narrativas como en las didácticas. Están difundidas a través de todo el Nuevo Testamento, desde los Evangelios y Hechos hasta las Epístolas paulinas y generales.
El problema principal que se oculta tras la confusión moderna sobre el bautismo, entonces, no es la escasez de material bíblico, sino más bien un compromiso
a priori
con ciertos presupuestos teológicos. Es extremadamente difícil - algunos dirían que es imposible - ser objetivos cuando intentamos interpretar la Biblia. Tendemos a leerla, en especial sus referencias al bautismo, con ideas preconcebidas de lo que "en verdad debe estar diciendo" o lo que "por cierto no puede significar".