A los ocho das del nacimiento de la gran Reina descendieron de las alturas multitud de ngeles hermossimos y rozagantes, y traan un escudo en que vena grabado brillante y resplandeciente el nombre de MARIA; y manifestndose todos a la dichosa madre Ana, la dijeron: que el nombre de su hija era el que llevaban all de MARIA; que la divina Providenciase le haba dado, y ordenaba que se le pusiesen luego ella y Joaqun. Llamle la santa, y confirieron la voluntad de Dios para dar nombre a su hija; y el ms que dichoso padre recibi el nombre con jbilo y devoto afecto. Determinaron convocar a los parientes y a un sacerdote; y con mucha solemnidad y convite suntuoso pusieron Mara a la recin nacida; y los ngeles lo celebraron con dulcsima y grandiosa msica.
A los ocho das del nacimiento de la gran Reina descendieron de las alturas multitud de ngeles hermossimos y rozagantes, y traan un escudo en que vena grabado brillante y resplandeciente el nombre de MARIA; y manifestndose todos a la dichosa madre Ana, la dijeron: que el nombre de su hija era el que llevaban all de MARIA; que la divina Providenciase le haba dado, y ordenaba que se le pusiesen luego ella y Joaqun. Llamle la santa, y confirieron la voluntad de Dios para dar nombre a su hija; y el ms que dichoso padre recibi el nombre con jbilo y devoto afecto. Determinaron convocar a los parientes y a un sacerdote; y con mucha solemnidad y convite suntuoso pusieron Mara a la recin nacida; y los ngeles lo celebraron con dulcsima y grandiosa msica.