La belleza del amor de Dios, una vez descubierta y experimentada en lo profundo del corazn, nos saca del individualismo, nos lleva a redescubrir el valor del "nosotros" en nuestra vida familiar, comunitaria y en todas las formas como nos relacionamos con los dems.
Ser testigo de la belleza, por lo tanto, significa que la belleza de la vida, la belleza del amor, la belleza del cristianismo, no son para la posesin, sino que se vuelven don, anuncio, se entregan, y justamente parte de la belleza es esta entrega. Transmitir la belleza, es lo propio del "artista" el escultor y el pintor lo harn con sus manos, el bailarn lo har con su cuerpo, el poeta con la palabra, el cantor con su msica y su voz. Pero es importante tener presente que, de un modo u otro, cada uno de nosotros es artista, y por lo tanto tiene la obligacin de asumir su misin de transmisin de la belleza de la vida y de nuestra fe. Y por otra parte, cada uno de nosotros, cada vida, es "una obrita de arte" de Dios. En cada ser humano, a pesar de todo, de nuestra pequeez o miseria, o como dijera Santa Teresita, gracias a ellas, hay una huella de Dios, un vestigio sagrado, "un poco del olor de sus Manos". En esta obra ngel Rossi y Diego Fares nos ayudan a intentar encontrar el rastro de la Belleza del Artista en nosotros, en las cosas, en un paisaje hermoso, y sobre todo, en el ser humano. Y esa belleza nos impulsa a ser sus testigos, aqu y ahora, en el lugar y el tiempo que nos toc vivir y a aquellos que Dios dispuso que caminen con nosotros.
- Deplorar lo feo, irradiar la belleza
- Qu es entonces la belleza?
- Negaciones de la belleza
- Los pies, iconos de la belleza
- Los ngeles que abren el tiempo de los testigos
- La corona de la fe, o "la belleza de glorificar a Dios"
- Transfigurarnos en compaa de Jess.
Con este libro usted podr conocer acerca del concepto de la belleza espiritual.