Soy un enfermo. Soy un malvado. Soy un hombre desagradable. Creo que padezco del hgado. Pero no s absolutamente nada de mi enfermedad. Ni siquiera puedo decir con certeza dnde me duele. Ni me cuido ni me he cuidado nunca, pese a la consideracin que me inspiran la medicina y los mdicos. Adems, soy extremadamente supersticioso... lo suficiente para sentir respeto por la medicina. (Soy un hombre instruido. Podra, pues, no ser supersticioso. Pero lo soy.) Si no me cuido, es, evidentemente, por pura maldad. Ustedes seguramente no lo comprendern; yo s que lo comprendo. Claro que no puedo explicarles a quin hago dao al obrar con tanta maldad. S muy bien que no se lo hago a los mdicos al no permitir que me cuiden. Me perjudico slo a m mismo; lo comprendo mejor que nadie. Por eso s que si no me cuido es por maldad. Estoy enfermo del hgado. Me alegro! Y si me pongo peor, me alegrar ms todava.
Soy un enfermo. Soy un malvado. Soy un hombre desagradable. Creo que padezco del hgado. Pero no s absolutamente nada de mi enfermedad. Ni siquiera puedo decir con certeza dnde me duele. Ni me cuido ni me he cuidado nunca, pese a la consideracin que me inspiran la medicina y los mdicos. Adems, soy extremadamente supersticioso... lo suficiente para sentir respeto por la medicina. (Soy un hombre instruido. Podra, pues, no ser supersticioso. Pero lo soy.) Si no me cuido, es, evidentemente, por pura maldad. Ustedes seguramente no lo comprendern; yo s que lo comprendo. Claro que no puedo explicarles a quin hago dao al obrar con tanta maldad. S muy bien que no se lo hago a los mdicos al no permitir que me cuiden. Me perjudico slo a m mismo; lo comprendo mejor que nadie. Por eso s que si no me cuido es por maldad. Estoy enfermo del hgado. Me alegro! Y si me pongo peor, me alegrar ms todava.