Mala leche renuncia al sueo y al futuro, pero no a la belleza, al humor ni a la franqueza del desafo. Este es un mundo que no marcha tras urgencias progresistas, de la post-abundancia donde proximidad ms apabullante y la existencia ms conectada termina en soledad. Aqu el placer y el tedio ocupan un mismo lugar. Pero el placer reconoce su fertilidad en la carencia y termina corrompiendo y salvndolo todo. Gabriel Carle conoce bien el terreno que pisa y lo domina con el desparpajo de un natural. Narra sin prejuicios, con chispa, soltura, riesgo; con economa y espacio para la belleza, con una sensibilidad rara, un humor compasivo, con sofisticacin y certeza. Es imposible no sucumbir a su humanismo y no celebrar el autntico logro literario que este libro implica. El mundo que narran es uno nuevo, indito, que estaba a nuestro alrededor, pero no habamos visto hasta ahora. Un extraordinario debut literario. -Luis Negrn Ro Piedras, Puerto Rico
Mala leche renuncia al sueo y al futuro, pero no a la belleza, al humor ni a la franqueza del desafo. Este es un mundo que no marcha tras urgencias progresistas, de la post-abundancia donde proximidad ms apabullante y la existencia ms conectada termina en soledad. Aqu el placer y el tedio ocupan un mismo lugar. Pero el placer reconoce su fertilidad en la carencia y termina corrompiendo y salvndolo todo. Gabriel Carle conoce bien el terreno que pisa y lo domina con el desparpajo de un natural. Narra sin prejuicios, con chispa, soltura, riesgo; con economa y espacio para la belleza, con una sensibilidad rara, un humor compasivo, con sofisticacin y certeza. Es imposible no sucumbir a su humanismo y no celebrar el autntico logro literario que este libro implica. El mundo que narran es uno nuevo, indito, que estaba a nuestro alrededor, pero no habamos visto hasta ahora. Un extraordinario debut literario. -Luis Negrn Ro Piedras, Puerto Rico