La respuesta es muy sencilla: a Dios. Ha trado a Dios. Aquel Dios cuyo rostro se haba ido revelando primero poco a poco, desde Abraham hasta la literatura sapiencial, pasando por Moiss y los Profetas; el Dios que slo haba mostrado su rostro en Israel y que, si bien entre muchas sombras, haba sido honrado en el mundo de los pueblos; ese Dios, el Dios de Abraham, Isaac y Jacob, el Dios verdadero, l lo ha trado a los pueblos de la tierra.
Ha trado a Dios: ahora conocemos su rostro, ahora podemos invocarlo. Ahora conocemos el camino que debemos seguir como hombres en este mundo. Jess ha trado a Dios y, con l, la verdad sobre nuestro origen y nuestro destino; la fe, la esperanza y el amor .
La respuesta es muy sencilla: a Dios. Ha trado a Dios. Aquel Dios cuyo rostro se haba ido revelando primero poco a poco, desde Abraham hasta la literatura sapiencial, pasando por Moiss y los Profetas; el Dios que slo haba mostrado su rostro en Israel y que, si bien entre muchas sombras, haba sido honrado en el mundo de los pueblos; ese Dios, el Dios de Abraham, Isaac y Jacob, el Dios verdadero, l lo ha trado a los pueblos de la tierra.
Ha trado a Dios: ahora conocemos su rostro, ahora podemos invocarlo. Ahora conocemos el camino que debemos seguir como hombres en este mundo. Jess ha trado a Dios y, con l, la verdad sobre nuestro origen y nuestro destino; la fe, la esperanza y el amor .
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