Jess de Nazareth fue un maestro judo de origen rural que vivi en el primer tercio del siglo I de nuestra era. Durante una celebracin de la Pascua en Jerusaln fue condenado a la pena de muerte -especficamente crucifixin- por la autoridad imperial de Roma, que en ese momento tena el control de su pas. Muchas cosas ms podran decirse de su vida, pero aparte de este pequeo resumen y quiz uno o dos detalles ms, sera complicado que todos los acadmicos estudiosos de la Biblia levantaran su mano en seal de acuerdo. Sin embargo, la literatura escrita en los siguientes 250 aos despus de la muerte de este predicador judo -relativamente desconocido en vida- fue abundante, casi estridente. Cuntas personas dejaron por escrito vida o dichos de Jess de Nazareth? La persona poco versada en estos temas responder que cuatro: los autores de los evangelios de Mateo, Marcos, Lucas y Juan, libros que se encuentran en el Nuevo Testamento. Pero para muchos resulta una sorpresa saber que los evangelios que aparecen en la Biblia no son sino una pequea muestra de los que se produjeron. Desde el principio, la produccin literaria de quienes consideraban a Jess como Mesas fue abundante. Sin contar las breves menciones sobre la vida de Jess que aparecen en las cartas de San Pablo, en los primeros dos siglos y medio de nuestra se compusieron muchas otras colecciones de dichos y hechos sobre el maestro judo, algunas de ellas posiblemente por testigos oculares, o cuando menos, por cristianos de la primera o segunda generacin (discpulos de los discpulos de Jess). Algunos de esos textos fueron tan populares y gozaron de tal difusin que han dejado su influencia hasta nuestros das. Los nombres de los reyes magos -Melchor, Gaspar y Baltazar-, la tradicin de que Jos el padre de Jess era viudo, los nombres de los bandidos que perecieron junto a l en la cruz -Dimas y Gestas- y el de la esposa de Pilatos, por citar slo algunos ejemplos, provienen todos de los apcrifos: nunca se mencionan en la Biblia. La imponente pintura que est en la iglesia de San Paolo Maggiore, en Npoles, que muestra a San Pedro luchando contra el mago Simn, tambin proviene de la imaginera apcrifa.
Jess de Nazareth fue un maestro judo de origen rural que vivi en el primer tercio del siglo I de nuestra era. Durante una celebracin de la Pascua en Jerusaln fue condenado a la pena de muerte -especficamente crucifixin- por la autoridad imperial de Roma, que en ese momento tena el control de su pas. Muchas cosas ms podran decirse de su vida, pero aparte de este pequeo resumen y quiz uno o dos detalles ms, sera complicado que todos los acadmicos estudiosos de la Biblia levantaran su mano en seal de acuerdo. Sin embargo, la literatura escrita en los siguientes 250 aos despus de la muerte de este predicador judo -relativamente desconocido en vida- fue abundante, casi estridente. Cuntas personas dejaron por escrito vida o dichos de Jess de Nazareth? La persona poco versada en estos temas responder que cuatro: los autores de los evangelios de Mateo, Marcos, Lucas y Juan, libros que se encuentran en el Nuevo Testamento. Pero para muchos resulta una sorpresa saber que los evangelios que aparecen en la Biblia no son sino una pequea muestra de los que se produjeron. Desde el principio, la produccin literaria de quienes consideraban a Jess como Mesas fue abundante. Sin contar las breves menciones sobre la vida de Jess que aparecen en las cartas de San Pablo, en los primeros dos siglos y medio de nuestra se compusieron muchas otras colecciones de dichos y hechos sobre el maestro judo, algunas de ellas posiblemente por testigos oculares, o cuando menos, por cristianos de la primera o segunda generacin (discpulos de los discpulos de Jess). Algunos de esos textos fueron tan populares y gozaron de tal difusin que han dejado su influencia hasta nuestros das. Los nombres de los reyes magos -Melchor, Gaspar y Baltazar-, la tradicin de que Jos el padre de Jess era viudo, los nombres de los bandidos que perecieron junto a l en la cruz -Dimas y Gestas- y el de la esposa de Pilatos, por citar slo algunos ejemplos, provienen todos de los apcrifos: nunca se mencionan en la Biblia. La imponente pintura que est en la iglesia de San Paolo Maggiore, en Npoles, que muestra a San Pedro luchando contra el mago Simn, tambin proviene de la imaginera apcrifa.