Normalmente no nos identificamos con el autor de una gran historia. En lugar de eso, nos aferramos al heroe y herona de quienes se trata la historia. Compartimos sus sufrimientos y sus triunfos. Celebramos sus logros y sufrimos sus prdidas.Cuando pensamos en nuestra propia historia, vemos a Dios como el autor intelectual, omnisciente y omnipotente pero fallamos en reconocerlo como el personaje principal. Este libro relata una vez ms la historia del evangelio en cuatro actos, John Eldredge nos invita a revisitar el drama de la vida, considerando a Dios no solo como el autor sino como el actor principal, explorando su corazn y sus motivos. Eldredge examina el poder de la historia, el anhelo de un plan que tenga sentido profundo dentro de nosotros, nuestro deseo de tener un papel significativo que desempear, nuestro amor por los libros y las pelculas, y cmo todo esto nos dirige anbl evangelio mismo. Es una historia mejor que cualquier cuento de hadas! Nuestros corazones humanos estn hechos para grandes sucesos, y el Evangelio, con su tragedia y grandeza, es verdaderamente majestuoso.
Normalmente no nos identificamos con el autor de una gran historia. En lugar de eso, nos aferramos al heroe y herona de quienes se trata la historia. Compartimos sus sufrimientos y sus triunfos. Celebramos sus logros y sufrimos sus prdidas.Cuando pensamos en nuestra propia historia, vemos a Dios como el autor intelectual, omnisciente y omnipotente pero fallamos en reconocerlo como el personaje principal. Este libro relata una vez ms la historia del evangelio en cuatro actos, John Eldredge nos invita a revisitar el drama de la vida, considerando a Dios no solo como el autor sino como el actor principal, explorando su corazn y sus motivos. Eldredge examina el poder de la historia, el anhelo de un plan que tenga sentido profundo dentro de nosotros, nuestro deseo de tener un papel significativo que desempear, nuestro amor por los libros y las pelculas, y cmo todo esto nos dirige anbl evangelio mismo. Es una historia mejor que cualquier cuento de hadas! Nuestros corazones humanos estn hechos para grandes sucesos, y el Evangelio, con su tragedia y grandeza, es verdaderamente majestuoso.