La confusin entre el dominio esotrico e inicitico y el dominio mstico, o, si se prefiere, entre los puntos de vista que les corresponden respectivamente, es una de las que se cometen hoy con ms frecuencia, y eso, parece, de una manera que no siempre es enteramente desinteresada; por lo dems, hay en eso una actitud bastante nueva, o que al menos, en ciertos medios, se ha generalizado mucho en estos ltimos aos, y es por lo que nos parece necesario comenzar por explicarnos claramente sobre este punto. Est ahora de moda, si se puede decir, calificar de «msticas a las doctrinas orientales mismas, comprendidas aquellas en las que no hay ni siquiera la sombra de una apariencia exterior que pudiera, para aquellos que no van ms lejos, dar lugar a una tal calificacin; el origen de esta falsa interpretacin es naturalmente imputable a algunos orientalistas, que, por lo dems, al comienzo pueden no haber sido llevados a ella por una segunda intencin claramente definida, sino tan solo por su incomprensin y por la determinacin ms o menos inconsciente, que les es habitual, de reducirlo todo a puntos de vista occidentales.
La confusin entre el dominio esotrico e inicitico y el dominio mstico, o, si se prefiere, entre los puntos de vista que les corresponden respectivamente, es una de las que se cometen hoy con ms frecuencia, y eso, parece, de una manera que no siempre es enteramente desinteresada; por lo dems, hay en eso una actitud bastante nueva, o que al menos, en ciertos medios, se ha generalizado mucho en estos ltimos aos, y es por lo que nos parece necesario comenzar por explicarnos claramente sobre este punto. Est ahora de moda, si se puede decir, calificar de «msticas a las doctrinas orientales mismas, comprendidas aquellas en las que no hay ni siquiera la sombra de una apariencia exterior que pudiera, para aquellos que no van ms lejos, dar lugar a una tal calificacin; el origen de esta falsa interpretacin es naturalmente imputable a algunos orientalistas, que, por lo dems, al comienzo pueden no haber sido llevados a ella por una segunda intencin claramente definida, sino tan solo por su incomprensin y por la determinacin ms o menos inconsciente, que les es habitual, de reducirlo todo a puntos de vista occidentales.