Frederick Bligh Bond también ha pasado a la posteridad al protagonizar un curioso pleito judicial. En 1927 contrató los servicios de la médium Geraldine Cummins, discípula de Hester Dowden. Gracias a estas sesiones espiritistas, Frederick consiguió ponerse en contacto con un difunto fallecido hacía casi dos mil años y llamado Cleophas. Bond decidió publicar los textos obtenidos en aquellas comunicaciones de ultratumba puesto que había pagado por ellas. Sin embargo, Cummins le denunció por apropiarse de unos escritos que consideraba de su autoría y no respetar sus derechos como escritora.
La discrepancia de criterios llegó a los tribunales y el juez se vio en la extravagante tesitura de decidir si había que retribuir económicamente a un espíritu por las obras publicadas a su nombre en la Tierra. El magistrado consideró que…
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Enigmas (Digital) - 1 Issue, Marzo 2019