El río da serenidad y contribuye al poder seductor de Liubliana. Lo surcan pequeños barcos que van y vienen en apacibles recorridos turísticos, mientras desde sus orillas, en el centro de la ciudad, los paseantes y los apostados en las terrazas observan ese devenir. De vez en cuando pasa un grupo de gente remando con suavidad sobre tablas de paddle surf o algún otro en kayak. El Ljubljanica es un río amable que participa en la vida de la ciudad. Siempre tuvo un rol importante en la historia de los pueblos eslovenos, que lo consideraron un entorno sagrado. En 2003 fue declarado Lugar de Importancia Cultural, y, desde entonces, se puso en marcha un programa de limpieza y reacondicionamiento que lo ha devuelto ya prácticamente a su estado natural.
Esa…
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¡hola! Especial Viajes (Digital) - 1 Issue, No. 16020