Sofía Vergara no tiene reparo a la hora de hablar del estado en el que se encontraba su mansión de Beverly Park cuando la adquirió: “había arcos sobre arcos, todo estaba rodeado de columnas. Parecía un castillo de Transilvania”, recordó la efervescente actriz y productora, quien actualmente interpreta a la jefa del narcotráfico colombiano Griselda Blanco en la serie de Netflix, Griselda. “Pero la distribución era perfecta, y me encantaba que se pudiera ver el paisaje desde todas las habitaciones, aunque todavía no hubiera un jardín digno de contemplar. Sabía lo que tendría que hacer para hacerlo mío”, insistió.
Como era de esperar, surgieron algunos problemas. A pesar de las habitaciones voluminosas y los techos altos, Vergara quería que la casa se sintiera “hogareña y cómoda, un lugar donde la gente quisiera pasar el rato y relajarse”, aseguró. Además, la arquitectura existente de los años 90 no se ajustaba exactamente a la visión que ella tenía de “una casa con historia y textura, una vivienda que hubiera tenido una vida larga”. La estructura no era nueva, pero desde luego no era vieja en el sentido en que la actriz deseaba. Afortunadamente, Instagram condujo a Vergara hacia la colaboración perfecta para su misión de renovación. Vergara seguía desde hacía tiempo el trabajo de Ohara Davies-Gaetano, así que llamó a la diseñadora de Los Ángeles y se puso manos a la obra. “Hablé con ella, congeniamos y me enamoré de sus ideas”, recordó la actriz. “Cuando le entregué mi carpeta de inspiración, me di cuenta de que la mayoría de las imágenes eran suyas”, agregó.
Davies-Gaetano secunda la idea de que hubo un clic inmediato entre ellas. “Sofía tenía una visión muy clara del proyecto. Quería una casa que se sintiera etérea y a la vez anclada en la tierra, que fuera fresca, limpia y luminosa, con muchas antigüedades magníficas que añadieran pátina y calidez a la arquitectura”, explicó la diseñadora. “Tenía que dar la sensación de tener varias capas y estar cuidada. Sofía quería contar una historia muy específica”, añadió.
Davies-Gaetano y Vergara equiparon la casa con una gran variedad de antigüedades procedentes de Suecia, España, Francia e Italia. El espacioso salón, por ejemplo, está presidido por una chimenea francesa de piedra caliza del siglo XVIII y una pálida alfombra persa de Tabriz, mientras que un par de sillones barrocos dorados y muy tallados descansan bajo una lírica lámpara italiana del siglo XIX. “No me asusta gastar dinero, pero tiene que ser para algo práctico, no solo para que se vea lindo. No quería muebles tan valiosos por los que la gente tuviera miedo de usarlos y disfrutarlos”, afirmó Vergara.
[https://cdn.magzter.com/1436980235/1708374848/articles/JHfgYCfs41710855135367/9660585910.jpg]
En el comedor, Davies-Gaetano le aplicó al techo un revestimiento de pared foliado, repujado a mano con vides y hojas de yeso. “Todas las habitaciones tienen detalles especiales que añaden profundidad e interés a la composición”, señaló la diseñadora. “Nos centramos mucho en la iluminación decorativa para subrayar la atmósfera y la esencia de la casa”, prosiguió y señaló la imponente lámpara de araña española que suaviza la escala de la sala de doble altura, así como los ap...
Como era de esperar, surgieron algunos problemas. A pesar de las habitaciones voluminosas y los techos altos, Vergara quería que la casa se sintiera “hogareña y cómoda, un lugar donde la gente quisiera pasar el rato y relajarse”, aseguró. Además, la arquitectura existente de los años 90 no se ajustaba exactamente a la visión que ella tenía de “una casa con historia y textura, una vivienda que hubiera tenido una vida larga”. La estructura no era nueva, pero desde luego no era vieja en el sentido en que la actriz deseaba. Afortunadamente, Instagram condujo a Vergara hacia la colaboración perfecta para su misión de renovación. Vergara seguía desde hacía tiempo el trabajo de Ohara Davies-Gaetano, así que llamó a la diseñadora de Los Ángeles y se puso manos a la obra. “Hablé con ella, congeniamos y me enamoré de sus ideas”, recordó la actriz. “Cuando le entregué mi carpeta de inspiración, me di cuenta de que la mayoría de las imágenes eran suyas”, agregó.
Davies-Gaetano secunda la idea de que hubo un clic inmediato entre ellas. “Sofía tenía una visión muy clara del proyecto. Quería una casa que se sintiera etérea y a la vez anclada en la tierra, que fuera fresca, limpia y luminosa, con muchas antigüedades magníficas que añadieran pátina y calidez a la arquitectura”, explicó la diseñadora. “Tenía que dar la sensación de tener varias capas y estar cuidada. Sofía quería contar una historia muy específica”, añadió.
Davies-Gaetano y Vergara equiparon la casa con una gran variedad de antigüedades procedentes de Suecia, España, Francia e Italia. El espacioso salón, por ejemplo, está presidido por una chimenea francesa de piedra caliza del siglo XVIII y una pálida alfombra persa de Tabriz, mientras que un par de sillones barrocos dorados y muy tallados descansan bajo una lírica lámpara italiana del siglo XIX. “No me asusta gastar dinero, pero tiene que ser para algo práctico, no solo para que se vea lindo. No quería muebles tan valiosos por los que la gente tuviera miedo de usarlos y disfrutarlos”, afirmó Vergara.
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En el comedor, Davies-Gaetano le aplicó al techo un revestimiento de pared foliado, repujado a mano con vides y hojas de yeso. “Todas las habitaciones tienen detalles especiales que añaden profundidad e interés a la composición”, señaló la diseñadora. “Nos centramos mucho en la iluminación decorativa para subrayar la atmósfera y la esencia de la casa”, prosiguió y señaló la imponente lámpara de araña española que suaviza la escala de la sala de doble altura, así como los ap...
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Architectural Digest Mexico (Digital) - 1 Issue, marzo 2024